Arte romano en España

Con la llegada de los romanos a Hispania en el siglo II a.C., se creó una mixtura entre el arte proveniente de la península itálica y el arte existente en la península ibérica. Este eclecticismo generó un arte diverso caracterizado, mayormente, por la fuerte influencia griega en todos los ámbitos de la expresión, es decir, pintura, escultura, arquitectura y otros.

La pintura etrusca, influenciada de gran forma por la griega, se utilizaba mayormente para las construcciones funerarias. Los romanos, por otro lado, comenzaron a usar la pintura como medio de representación de personajes relevantes para la vida social.

Al día de hoy, existen rastros pictóricos de los siglos I, II y IV en Hispania, que se hallan en las primeras ciudades romanas en la región, es decir, Astorga, Tarragona, Mérida e Itálica. A la vez, la fuerte influencia del norte de Europa comienza a sentirse a comienzos del siglo III.

En esta época se manifiesta la pintura en forma de decoración, entre las que destacan:

  • La imitación de mármoles, frecuente en yacimientos imitando placas de mármol liso.
  • Candelabros, que son representaciones de objetos metálicos con motivos animales o florales. Es posible encontrarlos en la casa de Mitreo, en Mérida.
  • Decoración figurada, pequeños cuadros en las paredes con representaciones humanas. Se caracteriza por escenas religiosas, mitológicas y sexuales.
  • Decoración arquitectónica, la que imita pilares, columnas, capiteles y basamentos que sirven para dividir paredes.

Entre las técnicas más utilizadas por los romanos en la Hispania se hallan:

  • La pintura al temple.
  • La pintura al fresco.
  • La pintura al encausto.

En cuanto a la escultura, procede directamente de la cultura griega, la que llega hasta la zona mediante una escultura romana similar. Las grandes familias romanas de la zona utilizaron este medio para dar a conocer su status. Podían encontrarse no solo en el ámbito privado, sino que también en el ámbito público, adornando plazas y pasajes.

El mosaico también fue un medio de expresión que buscaba pavimentar espacios públicos y privados. Se utilizaba generalmente cerámica, vidrio y piedra. Los mosaicos, al igual que la pintura, representaban escenas mitológicas, sobre todo de temas homéricos.

La cultura romana influyó también en la arquitectura, trayendo el estilo románico tanto en edificios como en el equipamiento público.